Éste 5 de Agosto se cumplió 40 años de la publicación del esplendoroso y segundo debut musical de The Beatles. Probablemente fue el disco más aplaudido y celebrado por la crítica a lo largo de los años.
Aburridos de los escenarios, en Agosto de 1966 el cuarteto de Liverpool presentó este álbum insólito y que demostraría las individualidades vocales de cada uno de sus integrantes y revelando las infinitas posibilidades creativas en un estudio de grabación.
Revolver inicia el misticismo oriental de George Harrison seguida por chirriantes guitarras en la generosa Taxman; Paul McCartney nos presenta temas tan memorables como Eleanor Rigby; John Lennon rompiendo todos los moldes de la censura en su alucinado y ácido Tomorrow Never Knows. Quizá Ringo fue quien menos interés demostró en cantar alguna canción, así que McCartney le escribió Yellow Submarine, sin saber que mas adelante el titulo de la canción se convertiría en todo un himno comercial y musical de The Beatles.
El resultado fue un festín de alucinadas sonoridades que incluían guitarras hacia atrás, múltiples efectos de sonido. Los medios de grabación satisfacen la demanda de estos grandes artistas presentándolo al mundo.
Con el tiempo se sabe que dicho álbum fue el primero compuesto y grabado bajo la influencia del LSD, que era la droga que junto con la marihuana estaba de moda por aquellos días.
Musicalmente se abrieron las puertas a un mundo nuevo que con los meses que le siguieron coincidió con obras fundamentales como el Blonde on Blonde (Bob Dylan) y Aftermath (Rolling Stones).
Cuarenta años no le quitaran a Revolver su trono como el disco más visceral y psicodélico a una banda de “genios” que, en solo tres años, había evolucionado hasta límites insospechados.