In my Magical Mystery TourTiempo de lectura: 4 minutos

Hace unas semanas tuve la gran oportunidad de viajar mochileando por Sudamérica con una amiga y como grandes fanáticas que somos, nuestro ojo beatlemaniáco nunca dejó de buscar incansablemente cualquier manifestación de los fab four que se cruzara en nuestra ruta de viaje… así hayamos tenido que desviarnos algunas veces de nuestro camino.

Hard Rock Café – Río de Janeiro

Nos hablaron mucho de lo espectacular que podía ser el HRC – RJ, pero nunca pensamos caer por ahí realmente por pura casualidad. Metidas en un bus en dirección a Barra da Tijuca (o por lo menos eso pensábamos cuando nos embarcamos), nos encontramos con una linda carioca llamada Camila que instantáneamente percibió que estábamos perdidas y comenzó a “hacernos la conversa” en un portuñol que más se guiaba de las señas que de las palabras. Al ver pasar en nuestro recorrido urbano el imponente HRC, la carioca recomendó éste como un buen punto para tomar otro bus y retomar nuestra dirección correcta, así que sin pensarlo dos veces, nos bajamos a esa experiencia totalmente inesperada.

Camila, nuestra anfitriona carioca, junto a un cuadro y firmas de los Beatles.

Paradas frente a la imponente infraestructura de ese salón, el cual aún no estaba habilitado para el ingreso, los “gorilones” del lugar sólo tuvieron que escucharnos hablar un poco de español, con su jerga más, para dejarnos pasar como excepción (quien le niega el paso a un extranjero???) junto a nuestra anfitriona carioca.

Ya dentro del lugar era inevitable respirar toda la onda rock que almacenaban tantas piezas de la historia de este género musical, pero fue el “plot point” de la historia llegar a la zona beatle. Cuadros, firmas, prendas de vestir… me pregunto si los grandes de Liverpool alguna vez cantaron en portugués? No lo sé, pero no hay duda que ahí se les rinde culto por la huella viva que han dejado en la historia del rock.

 

The Cavern Club – Buenos Aires

Cruzando la frontera Brasil-Argentina por Iguazú, llegamos hasta Buenos Aires donde uno de nuestros puntos obligados era el gran y esperado The Cavern Club – Buenos Aires. Preguntando a cuanto citadino se nos cruzaba si conocían este primer pub beatle de Latinoamérica, no nos daban razón y comenzaba la desesperación.

Entrada de Paseo La Plaza , donde se encuentra The Cavern Club – Buenos Aires.

Un poco desesperanzadas y caminando por una feria de pulgas en Plaza Francia, encontré a una artista que fabricaba cuadros de diferentes músicos… claro! eso ni se pregunta, es un hecho que entre ellos estaban los Beatles. Casi por inercia y sin mucha expectativa, pregunté si conocía “La Caverna”, aquel pub beatle que todo fanático buscaba conocer, y como si ese fanatismo tuviera la capacidad de unir gente sin importar las nacionalidades (los foros de esta web lo demuestran), aquella argentina respondió AFIRMATIVO (por fin!!!) indicándome dirección, referencia y hasta subte + bus cómo llegar.

Ingresando por Paseo La Plaza , aquellas notas de “And your bird can sing” indicaban que estábamos por el camino correcto y la emoción iba creciendo mientras que ese sonido tan familiar se intensificaba.


El escenario, replica casi exacta del original The Cavern Club de Liverpool.

La bienvenida fue dada por un gran letrero de The Cavern Club acompañado de diversos afiches a los cuales daba vida este incomparable cuarteto. “Hola, disculpa, pero el lugar está lleno y ya no hay más lugar para el show de hoy” fue la primera frase en la entrada del lugar, a la cual yo respondí, al borde de la histeria combinada con llanto al estilo chantaje, “soy una gran fanática beatle (enseñando el pin de Los Beatles que me puse para esa noche especial), he venido desde Lima-Perú buscando especialmente este lugar… y tú no me vas a dejar entrar???”. No sé si fue compasión ante una vida emocional en peligro (la mía) o nuevamente la teoría de “quien le niega el paso a un extranjero???”, pero sacó de un lugar casi secreto las últimas 3 entradas (para mi amiga, mi amigo y quién escribe), las mismas que nos darían el paso a la esperada caverna.

No había lugar vacío en ese casi museo de la música, ni espacio que se salvara de una expresión beatle. Todos los sentidos eran “atacados” por este placentero fanatismo: Música en vivo de los Beatles, cuadros de cuadros de todas las épocas que partían desde el ya conocido escenario con forma de bóveda, cafés con los nombres de cada uno de ellos (el “George” tenía canela y crema, jejeje)… en fin! estoy segura que si los Beatles hubieran tenido un aroma característico también hubiera estado presente ahí.

 

Hard Rock Café – Buenos Aires

La última noche de nuestro viaje, vísperas a nuestro regreso a Lima y como si fuera una cálida despedida, mi amiga y yo decidimos ir a conocer el HRC – BA (sin mencionar mayores detalles que en la noche anterior fuimos, pero estaba cerrado… por qué?!?!). Subiendo las escaleras al segundo piso, toda una colección de Yellow Submarine nos dio la bienvenida a otro mini museo beatle. Luego de un recorrido con cámara en mano y ya sentadas frente al vitral principal que tenía de tema fondo a cuatro muchachos en traje y con larga cabellera para la época, no fue coincidencia que decidiera pedir un “Lovely Rita” para tomar.


Vitral principal de Hard Rock Café – Buenos Aires.

Parece que nuevamente el sentimiento beatle hizo su efecto y dentro del lugar conocimos a un amable brasilero de Sao Paulo, músico y krishna, estudiante de filosofía que, al igual que la carioca del primer punto de mi viaje, lograba comunicarse con nosotros en ese portuñol tan rico en gestos y malabares. Y como buen krishna (y para colmo músico… y filósofo!), no pasó mucho tiempo para que la conversación se enriqueciera hablando del gran George Harrison y su valioso aporte a la “espiritualidad” de la música. No hay duda que el idioma no es una barrera para compartir el gusto por la misma música… más aún si se trata de los Beatles.

Estoy segura que como éstos hay muchos otros lugares que tienen una huella beatle. Este es sólo una muestra de ellos, los cuales tuve la gran suerte de encontrarme y quise compartir con ustedes… aquellos con los que se comparte este sentimiento beatle tan expreso en esta crónica.

Roll up and that’s an invitation, roll up for the mystery tour.
roll up to make a reservation, roll up for the mystery tour.
The magical mystery tour is waiting to take you away,
Waiting to take you away

 

PD: Y cómo si fuese una ley física…. Nadie se salva de la influencia beatle… o no? – Peluquería Unisex Lennon ubicada en la Av Córdova, Puerto Iguazú – Argentina.

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